La seguridad moderna ya no se trata solo de saber cuándo entran, sino de controlar quién entra y a dónde puede acceder. La integración del control de acceso transforma un sistema de alarma pasivo en una herramienta de gestión activa de la seguridad. Esta integración se logra mediante cerraduras inteligentes, lectores de tarjetas o biométricos que se comunican con el panel central de la alarma.
Las ventajas son múltiples. Se pueden crear horarios de acceso; por ejemplo, permitir la entrada a los empleados de la limpieza solo los miércoles entre 9 am y 12 pm. Si se pierde una llave o tarjeta, se puede revocar su acceso de forma instantánea y remota, sin necesidad de cambiar la cerradura física. Además, se genera un registro completo de todos los accesos, indicando quién, cuándo y por qué puerta entró, una herramienta invaluable para la vigilancia interna en un negocio.
En caso de emergencia, el sistema de alarma puede bloquear o desbloquear todas las puertas automáticamente. Al activar la alarma contra intrusión, las puertas se cierran con llave. Al recibir una alarma de incendio, el sistema puede desbloquear las salidas de emergencia para facilitar la evacuación. Esta sinergia entre la alarma, el control de acceso y los protocolos de seguridad crea un ecosistema de protección dinámico e inteligente.