La vigilancia residencial debe equilibrar seguridad y privacidad mediante configuraciones cuidadosas. Las cámaras deben orientarse para evitar capturar áreas privadas de vecinos o espacios públicos beyond lo necesario. Es recomendable utilizar máscaras de privacidad en software para enmascarar ventanas vecinas y áreas que no requieren monitoreo.
El almacenamiento y acceso a grabaciones debe seguir principios de minimización de datos. Las grabaciones deben cifrarse y automatizar su eliminación después de plazos razonables (30-90 días). Los sistemas modernos permiten configurar zonas de exclusión donde el registro se desactiva automáticamente, como áreas internas de familia. La transparencia con visitantes sobre la vigilancia activa mediante señalización visible completa el cumplimiento ético.