Alarmas y Videovigilancia

¿Qué pasa con las falsas alarmas y cómo se gestionan?

Las falsas alarmas son el talón de Aquiles de cualquier sistema y una fuente de frustración para usuarios y vecinos. Gestionarlas bien es clave para la convivencia y para no saturar los servicios de seguridad.

La mayoría de los sistemas profesionales tienen protocolos de verificación. Antes de contactar a la policía, la central receptora intenta llamar al propietario por dos o más números de teléfono. Si el propietario contesta y proporciona una contraseña preestablecida indicando que es una falsa alarma (un niño, una mascota, etc.), el operador cancela el despliegue. Si no contesta, se procede como si la alarma fuera real.

Para sistemas autogestionados, la responsabilidad recae totalmente en el usuario. Una ráfaga de notificaciones en el teléfono requiere una verificación rápida a través de las cámaras. La tecnología de detección inteligente de personas y animales, mencionada antes, es la mejor defensa contra este problema. Configurar correctamente la sensibilidad de los sensores de movimiento durante la instalación también reduce drásticamente los eventos falsos.