El atún rojo (Thunnus thynnus) es una especie sobreexplotada debido a la alta demanda en el mercado de sushi y sashimi. Su población en el Atlántico occidental ha disminuido en más del 90% desde la década de 1970, y aunque ha habido cierta recuperación en los últimos años, sigue clasificado como En Peligro. La pesca ilegal y la falta de controles efectivos han llevado a esta especie al borde del colapso.
Los esfuerzos de conservación incluyen cuotas de pesca estrictas, la protección de áreas de desove y el monitoreo satelital de barcos pesqueros. Organizaciones como la ICCAT (Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico) trabajan para regular la pesca, pero la implementación de estas medidas varía según los países. La sostenibilidad del atún rojo depende de una gestión pesquera rigurosa y de la concienciación de los consumidores para elegir productos provenientes de pesca sostenible.
