El pangolín, conocido como el «oso hormiguero escamoso», es el mamífero más traficado a nivel global, con más de un millón de ejemplares capturados en la última década. Sus ocho especies, distribuidas en Asia y África, están amenazadas por la demanda de sus escamas para la medicina tradicional y su carne como manjar. En algunos mercados negros, sus escamas pueden alcanzar hasta $3,000 por kilogramo. La deforestación y la pérdida de hábitat agravan aún más su situación.
Aunque el pangolín está protegido por leyes internacionales como la CITES, la aplicación de estas normativas es insuficiente. Organizaciones como la IUCN trabajan en programas de rescate y rehabilitación, así como en la concienciación sobre su conservación. Sin embargo, la supervivencia del pangolín requiere esfuerzos globales coordinados para combatir el tráfico ilegal y proteger sus hábitats naturales.