Las VPN gratuitas representan un riesgo significativo para la privacidad porque, como dice el refrán, «si es gratis, el producto eres tú». Muchas inyectan anuncios, venden datos de uso o contienen malware. Otras limitan tanto el servicio que resultan inútiles para uso real: límites de datos de 500MB-2GB, un solo servidor disponible o velocidades inferiores a 10 Mbps.
Las excepciones notables son ProtonVPN Free y Windscribe Free que ofrecen versiones limitadas pero éticas de sus servicios premium. Para uso ocasional pueden servir, pero para trabajo remoto o streaming necesitas inevitablemente una suscripción premium. El costo ronda €3-10 mensuales, una inversión razonable considerando la protección que ofrecen.