La moderación de contenido en TikTok es una tarea hercúlea debido al volumen astronómico de videos que se suben cada día. La plataforma utiliza una combinación de inteligencia artificial y equipos humanos de moderadores. La IA detecta y elimina automáticamente contenido que infringe claramente sus políticas, como desnudez o discurso de odio manifiesto. Los videos en una zona gris son revisados por moderadores humanos.
Para combatir la desinformación, TikTok se ha asociado con verificadores de hechos (fact-checkers) independientes. Si un video es marcado como falso o engañoso, la plataforma reduce significativamente su distribución, impidiendo que aparezca en el feed «Para Ti». Además, se añade una etiqueta de advertencia y se elimina la posibilidad de compartirlo. Para temas críticos como la salud y las elecciones, han implementado políticas especiales y centros de información con contenido autorizado.
A pesar de estos esfuerzos, el sistema es imperfecto. El contenido dañino o falso a menudo se propaga más rápido de lo que puede ser moderado, y las políticas de aplicación pueden ser inconsistentes. Los usuarios a menudo denuncian que videos inocentes son eliminados mientras otros problemáticos permanecen. Este desafío de escalar la moderación efectiva y culturalmente sensible es uno de los mayores retos que enfrenta TikTok a nivel global.