El diseño de TikTok es un estudio maestro en psicología del comportamiento. La característica más poderosa es el scroll infinito en la página «Para Ti», que elimina cualquier punto de fricción o decisión sobre qué ver a continuación. Cada deslizamiento ofrece la posibilidad de una nueva recompensa (un video divertido o interesante), activando el sistema de dopamina en el cerebro de manera similar a una máquina tragamonedas.
La personalización extrema del algoritmo crea un «loop de retroalimentación» perfecto. Cuanto más usas la app, mejor se vuelve para mostrarte contenido que sabote que amarás, haciendo que sea psicológicamente más difícil dejarla. La variabilidad impredecible del contenido (de un video cómico a uno educativo y luego a uno emocional) mantiene al cerebro en un estado de alerta y anticipación, evitando la saciedad.
Finalmente, las notificaciones push están diseñadas para generar FOMO (miedo a perderse algo). Alertas como «[Creador que sigues] está en vivo» o «Tu video podría volverse viral» aprovechan la necesidad social de conexión y validación. Esta combinación de diseño adictivo hace que el «solo cinco minutos» se conviertan fácilmente en una hora de consumo pasivo.
