El término «TikTok Brain» o «Cerebro TikTok» describe un conjunto de cambios cognitivos observados en usuarios que consumen la plataforma de manera intensiva. La característica principal es la disminución del umbral de atención. El cerebro se acostumbra a recibir estímulos nuevos cada 15-60 segundos, haciendo que actividades que requieren atención sostenida (como leer un libro o seguir una clase de 50 minutos) resulten notablemente más desafiantes.
Neurocientíficos señalan que este consumo constante de contenido fragmentado y altamente estimulante puede debilitar los circuitos neurales responsables del pensamiento profundo y la concentración prolongada. El «scroll infinito» entrena al cerebro para buscar constantemente la siguiente recompensa, creando un patrón de comportamiento similar al de otras adicciones conductuales donde la satisfacción inmediata prevalece sobre la gratificación retardada.
Lo más preocupante es el impacto en usuarios jóvenes cuyos cerebros aún se están desarrollando. Para ellos, estas plataformas no solo están entreteniendo, sino que están moldeando activamente sus patrones de atención y expectativas sobre cómo debe entregarse la información. La buena noticia es que estos efectos parecen ser reversibles con periodos de «desintoxicación digital» y el entrenamiento consciente de la atención a través de actividades como la lectura profunda o la meditación.