La nostalgia algorítmica se ha convertido en un motor cultural de TikTok. El contenido que evoca memorias colectivas – desde juguetes de los 90 hasta canciones de los 2000 – genera un engagement desproporcionadamente alto porque activa respuestas emocionales inmediatas. Los creadores han perfeccionado el arte de «nostalgia baiting», utilizando elementos del pasado para captar la atención en el presente.
Lo particular de la nostalgia en TikTok es su naturaleza intergeneracional. Los adolescentes sienten nostalgia por eras que nunca vivieron, adoptando la estética de los 80 o el grunge de los 90 como si fueran propios. Esto crea un fenómeno de «nostalgia prestada» donde las generaciones más jóvenes romanticizan períodos que solo conocen a través de la cultura pop y las historias de sus padres.
Esta economía de la nostalgia tiene un valor comercial significativo. Las marcas resucitan productos discontinuados después de que se vuelven virales en TikTok, las plataformas de streaming promocionan películas y series antiguas cuando encuentran nueva vida en la plataforma, y los artistas cuyas carreras habían declinado experimentan resurgimientos inesperados. TikTok ha demostrado que en la era digital, el pasado es un recurso renovable que puede explotarse comercialmente una y otra vez.