En TikTok, el engagement (compromiso) es la moneda de cambio. Ciertos formatos de contenido han demostrado ser consistentemente efectivos para generar interacción. Los «storytimes» o narrativas personales, donde los creadores cuentan una experiencia dramática, divertida o extraña superpuesta a un video suyo, son extremadamente populares. La curiosidad natural mantiene a los espectadores enganchados hasta el final, lo que envía señales positivas al algoritmo.
Los tutoriales y los videos de «life hacks» (trucos de vida) también tienen un rendimiento excepcional. TikTok se ha convertido en un motor de búsqueda visual para muchos jóvenes, que prefieren aprender a hacer algo a través de un video de 60 segundos que leyendo un artículo. Desde reparaciones simples hasta recetas gourmet, el contenido que ofrece un valor práctico claro suele ser muy compartido y guardado. Los desafíos y tendencias, cuando son bien ejecutados, pueden generar una oleada de participación masiva, uniendo a la comunidad en una actividad común.
Por último, el contenido auténtico y «sin filtros» suele superar al contenido altamente producido. Los usuarios de TikTok valoran la conexión humana y la relatabilidad. Un video filmado de manera casual en una habitación, hablando directamente a la cámara sobre un tema con el que muchos se identifican, puede generar mucho más engagement que un video profesional pero impersonal. La sensación de accesibilidad y honestidad es un activo poderoso en la plataforma.