
Post actualizado el día mayo 10, 2025 by admin
El cierre progresivo de las centrales nucleares en España podría provocar un apagón energético a partir de 2027 si no se toman medidas urgentes para reemplazar esa capacidad.
La planificación energética de España para los próximos años ha encendido las alarmas entre expertos del sector, economistas y ciudadanos preocupados por el futuro del suministro eléctrico. El calendario de cierre de las centrales nucleares, que contempla el apagado progresivo de todos los reactores en funcionamiento hasta 2035, podría derivar en un apagón energético sin precedentes si no se ejecutan medidas complementarias eficaces y a tiempo.
¿Por qué España quiere cerrar sus plantas nucleares?
El Gobierno español, en el marco del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), ha trazado una hoja de ruta para reducir progresivamente la dependencia de la energía nuclear. Esta decisión está motivada por factores como la antigüedad de los reactores, los costes de mantenimiento, y una apuesta firme por fuentes de energía renovable como la solar, la eólica y el hidrógeno verde. El objetivo final es una transición energética limpia y sostenible.
Sin embargo, este enfoque —aunque ambientalmente necesario— presenta importantes desafíos técnicos y logísticos.
El calendario de cierres: fechas clave
El cierre escalonado comenzará en 2027 con la desconexión definitiva del reactor Almaraz I, una de las centrales más antiguas y críticas del país. Le seguirán en años sucesivos Almaraz II, Ascó I y II, Cofrentes, y Vandellós II. Para el año 2035, si se mantiene el plan actual, España dejará de producir energía nuclear por completo.
Esto representa una pérdida de aproximadamente 20% de la generación eléctrica nacional actual, que deberá ser compensada por otras fuentes si se quiere evitar un déficit energético.
¿Está España preparada para sustituir esa capacidad?
El crecimiento de las energías renovables ha sido significativo, pero aún insuficiente para cubrir los huecos que dejará el cierre nuclear. Según datos del operador del sistema eléctrico español (Red Eléctrica), las energías renovables no siempre garantizan una producción constante, especialmente durante picos de demanda o condiciones climáticas adversas.
Aquí es donde el riesgo se vuelve tangible: si el sistema no está adecuadamente reforzado con almacenamiento energético, interconexiones internacionales o tecnologías de respaldo, España podría sufrir cortes de luz o aumentos severos en el coste de la electricidad, afectando tanto a la industria como al consumidor final.
En conclusión
España podría afrontar un importante apagón energético como consecuencia del calendario de cierre de sus centrales nucleares. Aunque el plan contempla una clausura escalonada a lo largo de los próximos 10 años, los efectos se sentirán mucho antes. La primera señal de alarma se espera en 2027, con la desconexión definitiva del reactor Almaraz I, lo que marcará el inicio de una década de reducciones progresivas en la capacidad de generación eléctrica nuclear del país. Si no se toman medidas compensatorias a tiempo, este proceso podría derivar en una crisis energética de grandes proporciones.